viernes, 3 de julio de 2009

Niños de pantalla plana.

Creo que ya lo dije ayer, trabajar con niños siempre es agradable. Es una gran verdad, seguro que todos los profesores, educadores, monitores... y profesionales de la educación y el tiempo libre en general estarán de acuerdo conmigo. Sin embargo hoy quiero hablar de la otra cara de la moneda. Que nadie piense que voy a hablar de niños conflictivos ni nada por estilo, voy a hablar de niños totalmente normales ( entendiendo por normales a aquellos que siguen la norma). Hoy dedico estas lineas a todos aquellos pequeños que con tan solo 9 años saben más de nuevas tecnologías e informática que muchos que han dedicado años a estudiar estas materias en las universidades. Saben de ratones y de discos duros, pero no tienen ni idea ni de saltar a las gomas, hacer el pino o jugar a la comba.
Trabajar con niños es agradable, sí, pero no siempre. Como ya escribí en la entrada anterior ahora estoy trabajando con chavales de 7, 8 y 9 años. Es divertidisimo, por supuesto, y muy gratificante. En menos de tres días me he convertido en su modelo y ejemplo a seguir, toda una responsabilidad, pero también una oportunidad. Tengo la oportunidad de enseñar a los niños y niñas que me han tocado en suerte lo que significaba tener 8 años cuando yo los tenia. Tengo la oportunidad de enseñarles que se puede jugar a fútbol sin necesidad de consola, que con un balón y unas camisetas tiradas en el suelo también se puede crear un campo, y por supuesto, tengo la oportunidad de enseñarles que no pasa nada porque nos caigamos al suelo y nos hagamos algún rasponazo, con un poco de agua oxigenada se pasa todo, no hace falta denunciar a nadie.
Seguro que leyendo estas lineas más de uno pensará que soy un poco exagerada, que es cierto que los niños ahora no juegan tanto en la calle como antes pero que no hay para tanto. Yo también era de esta opinión, me resistía a pensar que todo aquello que yo he conocido y disfrutado ya no existe. Pero lo cierto es que, si uno se para a observar detenidamente a los críos de hoy en día descubrirá que se cansan dando dos pasos seguidos, que ya no corren ni hacen deporte, y que muchos ¡ni siquiera tienen bici!
No sé si servirá de algo, puede que dentro de unos años el grupo de chavales con el que ahora trabajo ni siquiera se acuerde de mi nombre, incluso puede que crezcan y me nieguen el saludo en la calle, pero tengo claro que durante este mes, van a aprender a divertirse de verdad sin necesidad de pulsar botones!

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