jueves, 27 de diciembre de 2012

Gracias Madre por los recuerdos...

Hoy es un día triste para todos aquellos que una vez fuimos alumnos de la Compañía de María de Orduña, hoy hemos dicho adiós al alma del colegio. Se nos ha ido la Madre Muguruza (no le gustaba nada que la llamáramos así, pero nunca pudo evitarlo) y con ella parte de nuestra infancia.

Hoy he vuelto entrar en el edificio que me vio crecer, he vuelto a sentir ese olor tan peculiar que, inevitablemente, me devuelve los años de inocencia, las carreras por los pasillos, los balones encalados, el reflex y la manzanilla como remedio para todo, los "a las cinco en la puerta negra", las risas con los compañeros que, 15 años después, siguen siendo amigos...

He tenido la oportunidad de compartir sonrisas, tristes, con las que fueron mis profesoras. Es curioso como a pesar de que la distancia con ellas ya casi no existe no puedo evitar seguir mirándolas con respeto, porque soy lo que soy, en parte, gracias a ellas.

He vuelto a sentir la pena por ver el colegio, mi colegio, cerrado a cal y canto, vacío de risas infantiles, de gritos, de juegos... no soy una persona creyente, pero hoy de verdad espero que exista un cielo en el que "La Mugu" vuelva a ser el eje central de la actividad educativa, que desafíe a San Pedro con su manojo de llaves (sabía qué puerta abría cada una de ellas), que vuelva a tener esa vitalidad que nos asombraba a todos y que nos hacía pensar que nunca se apagaría. Gracias Madre por los recuerdos y por ser parte de nuestra infancia.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Así también monto yo una empresa.

La carrera comercial se ha convertido para muchos en la única oportunidad de regresar al mundo laboral. La mayoría de los que nos asomamos a esta nueva opción no disponemos de experiencia, venimos de otras carreras y de otros sectores, y como todo lo nuevo nos crea incertidumbre y desasosiego. A esto se une la mala fama que esta adquiriendo esta profesión. Y es que ser comercial es muy duro.Te pasas el día en la calle buscando mercado, aceptando el rechazo de los clientes, intentando argumentar objeciones que entiendes perfectamente,... todo aderezado con la presión que supone trabajar por objetivos. A todo esto hay que sumarle, además, una nueva moda que esta surgiendo al amparo de la crisis, trabajar por pura comisión, es decir, sin un salario fijo que llevarte a la cuenta corriente. Una moda que está propiciando la proliferación de empresas dedicadas a la comercialización de telefonía móvil, energía, ONGs,... que ponen a sus trabajadores en la calle sin la garantía de ir a ganar nada. Eso sí, con la obligación de llegar a unos objetivos y de cumplir con un horario de trabajo, puesto que están dados de alta en la Seguridad Social y existe un contrato que los vincula con la empresa. Y la pregunta que yo me hago es, ¿Es esto legal?, ¿Me pueden obligar a cumplir con un horario si no me pagan nada?
No soy una experta en leyes laborales, ni una experta ni una aficionada, pero entiendo que mi tiempo vale dinero, y que si después de ocho horas tocando timbres no he conseguido vender nada no es porque no haya estado trabajando. Además, ir a trabajar suponer una serie de gastos; desplazamiento, comer fuera de casa,... gastos que por supuesto la mayoría de empresas no cubren, por lo que puede darse la circunstancia de que te pases el día currando y encima pierdas dinero.
Insisto en mi ignorancia sobre la legalidad de esta práctica, pero realmente me da lo mismo lo que digan las leyes, esto no puede ser así y punto. Porque si trabajas tienes que tener una compensación económica a cambio, es la base del mundo laboral, y lo contrario no es más que aprovecharse de la desesperación de la gente.
De momento estoy rechazando este tipo de trabajos, pero no sé cuanto tiempo pasará, hasta que la final, tenga que decir que sí a alguno de ellos. Así que, antes de ser trabajadora de una de estas empresas, y que el miedo a perder mi puesto no remunerado me obligue a callar, me lanzo a hacer esta denuncia pública y que sea lo que Dios quiera. Pero una cosa está clara, así, también monto yo un negocio.