Hoy, 2 de Junio, se celebra el día del donante. Lo primero felicitar a todos aquellos que han donado algún órgano y también, (por qué no si a mí me felicitan el día de la mujer trabajadora...), a todos ellos que lo han recibido.
Ironías a parte... es un día muy serio porque con algo tan sencillo como donar tus órganos cuando ya no los vas a necesitar se pueden salvar vidas. 188 concretamente se salvaron en Euskadi el año pasado gracias a esta práctica. Sin embargo hay asociaciones que se quejan de que muchas veces, a pesar de que la persona fallecida sea donante, las familias del finado se niegan a que finalmente la donación se lleve a cabo. Son pocas, un 17% según ALCER (Asociación para la lucha contra las enfermedades renales), pero existen.
Yo reconozco que siempre he sido un poco reacia a esto de la donación de órganos. Seguramente estos miedos son una tontería porque si ya estoy muerta, ya me contaras para que quiero yo mis riñones o mis pulmones... el hígado puede que lo deje un poco tocado, pero bueno si pueden hacer algo con él... Es como lo de los entierros, yo prefiero que me quemen porque lo de la caja y el nicho pues como que me da claustrofobia. Pero la verdad es que he tenido la oportunidad de hablar con gente que ha salvado la vida porque una persona desconocida tuvo la consideración de perder algo de su tiempo en apuntarse a un plan de donación de órganos, conversaciones que que me han hecho superar estos miedos.
La Asociación de Enfermos y transplantados de corazón y pulmón de Euskadi (ATCORE) está desde hoy y hasta el viernes en diferentes centros comerciales dando información sobre como hacernos donantes. No voy a decir que me vaya a acercar... porque realmente no sé si esta semana tendré tiempo de hacerlo pero, con idea de animarme en cuanto saque un ratito, he guardado el contacto. Nunca se sabe, puede que algún día sea yo la donante... o la receptora.
