Desde este lunes ya podemos comprar la píldora del día después en las farmacias sin necesidad de receta. Bueno, en las farmacias en las que quieran venderla, que esa será otra. La medida anunciada tiempo atrás por el Gobierno ya se ha convertido en realidad.
Se trata de una iniciativa que ha causado mucha polémica. Nadie entiende muy bien el propósito que persigue el equipo de Zapatero con ella. ¿Reducir el número de abortos? ¿Reducir la venta de preservativos? En fin, toda una incógnita. Hasta ahora este tipo de "medicamento" te lo administraba el médico en la consulta o en los centros de planificación familiar. Vamos, que estaban al alcance de cualquiera aun administrándose de forma controlada. Cualquiera que haya tenido un "susto" en alguna ocasión ha podido acceder a esta píldora sin ningún problema.
Por lo tanto cuesta entender que el Gobierno haya decidido facilitar todavía más el acceso a este fármaco que, como todos sabemos, no es un anticonceptivo, no se puede tomar como si de una píldoras antibaby se tratara, resulta especialmente dañino para el estómago que tiene serios problemas para digerirlo y desde luego resulta muy perjudicial para el ciclo menstrual que se vuelve loco debido al chute de hormonas que va incluido en la pildorita. Por no hablar de la cantidad de mujeres que la utilizan, no para evitar un embarazo, sino para abortar.
Pero, efectos secundarios a parte, lo que no tiene ningún sentido es que cualquier adolescente de este país tenga que pasar por un ginecólogo para conseguir una receta y así acceder a cualquier anticonceptivo, y, sin embargo, pueda acudir a una farmacia a por esta píldora como quien va a comprar aspirinas. Con esta medida lo que se va a conseguir, desde mi humilde punto de vista, es que aumenten las relaciones sexuales de riesgo, pero no sólo de riesgo de embarazo ( al fin y al cabo con tener una farmacia cerca este asunto estará solucionado), también el de contraer una enfermedad de transmisión sexual, y esas no se curan con la píldora del día después.
La comunidad farmaceutica esta realmente indignada con esta medida. Sin ir más lejos el otro día fui a comprar mis anticonceptivos a una farmacia que hay cerca de mi casa. Por supuesto iba yo con mi receta perfectamente expedida por mi ginecóloga, y cual fue mi sorpresa que cuando le extiendo el papel para que la chica me lo selle me dice muy seria que no piensa sellar ni una receta más. Qué si puede vender libremente la píldora del día después también puede vender cualquiera de los los métodos convencionales. Razón, desde luego, no le falta.