Hoy es el último día de trabajo de mi jefe. Se va a un proyecto nuevo que yo sé que le hace mucha ilusión. Sin embargo, tengo la sensación de que una parte de él siempre estará entre las cuatro paredes de esta redacción.
No he tenido la oportunidad de conocerle a fondo, han sido dos meses escasos de convivencia laboral, sin embargo, ha sido tiempo suficiente para darme cuenta de que no sólo es un gran profesional, sino también una buena persona.
Como en toda redacción con periodistas que se precie, le hemos hecho una despedida en la que el alcohol ha corrido en cantidades más grandes de las aconsejadas para un grupo de gente que tiene que trabajar... hemos reído, hemos contado chistes, hemos hablado de trabajo, de la vida, de lo humano y de lo divino... y como no... ha habido un tiempo para las palabras que salen del corazón. Oscar se ha emocionado cuando ha llegado el momento de despedirse de su equipo, pero no ha sido el único. Varias personas que han estado con él desde el principio han llorado también. Eso que en principio parece una tontería dice mucho de la gente... me dice que Oscar es una persona querida entre los suyos, que es una persona muy valorada... y que habrá gente en este centro de trabajo que de verdad le echara de menos...
Oscar, no me ha dado tiempo a tener una relación de amistad contigo... pero de algún modo has dejado una pequeña reseña en el libro que es mi vida. Te echaré de menos yo también... eres un gran profesional y una mejor persona... por eso te mereces ver cumplidas todas las ilusiones que estas depositando en este nuevo proyecto que comienzas...
MUCHA SUERTE!!!!
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