lunes, 24 de mayo de 2010

La sangre que sí se puede mostrar.

Tengo la costumbre o la afición de guardar las portadas de los periódicos, que por algún motivo, me resultan interesantes o impactantes. Muchos de mis amigos conocen esta pequeña "frikada" así que cuando ven algo que consideran me puede gustar, me avisan.
El sábado fueron varios los que vinieron hasta la mesa de la cafetería donde estaba desayunando con un ejemplar del Deia en la mano. Aunque les agradecí enormemente que dedicaran un segundo de su día a pensar en mí y en mis aficiones, tengo que decir que no me terminé el pintxo de tortilla que estaba comiendo.
Realmente la imagen de portada de este diario con el cuerno de un toro saliendo de la boca del torero Julio Aparicio es, cuando menos impactante. Pero, la pregunta que enseguida se me vino a la cabeza fue, ¿Es realmente necesaria? Puede que si todo hubiera quedado en una cogida sin importancia, más aparatosa que grave, la foto hubiera tenido un pase. Pero resulta que el torero está herido de gravedad y supongo que a la hora de decidir la publicación de la foto todavía no se sabía el alcance, ni de las heridas sufridas ni de las secuelas posteriores.
Entramos aquí en un debate que ha marcado y seguirá marcando la historia del periodismo. ¿Impera el derecho de información sobre el de la dignidad de las personas? ¿Hasta que punto cumple una función informativa la imagen de un cuerno saliendo por la boca de un hombre? ¿Por qué no es ético mostrar a las víctimas de un accidente de tráfico (ni siquiera los pies o la manta térmica con la que cubren los cuerpos) y sí a un torero que le sale un cuerno por la boca? ¿Es que el torero no tiene familia, amigos, ... que puedan sentirse heridos con la difusión de esta imagen? ¿Se venden menos periódicos si no hay sangre que mostrar?
Ahí dejo esas preguntas... espero que causen alguna reflexión.

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